Valencia es única por muchos motivos; pero en sus calles, la historia y la vanguardia conviven amablemente y complementan la ciudad, del mismo modo que el nuevo edificio del grupo Marriot “Palacio Santa Clara, Autograph Collection” ha hecho lo propio.
Ubicado junto a la calle de Colón, es ejemplo del espíritu de la renovación artística del periodo de entre siglos. Diseñado por el prestigioso arquitecto Javier Göerlich en 1916, su esencia monumental y ornato se conservan en el hotel. Primitivo edificio de magníficas viviendas y, más recientemente, sede nobiliaria de lo que fuera la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo) en Valencia, ahora da paso a un nuevo hotel de lujo en el centro financiero y comercial, cuya transformación ha supuesto 4.500 metros cuadrados de personalidad y tendencia repartidos en nueve plantas (cada una de ellas alrededor de 550 m2): dos sótanos de garaje, un bajo, una entreplanta, cuatro alturas y el ático de su propio torreón.
El nuevo diseño de los interiores corresponde con la pulcritud y ejemplaridad en texturas, líneas curvas y motivos vegetales; la sensación de armonía y bienestar se combina con servicios e instalaciones que van más allá de la estancia en un hotel. Es posible evocar viejos tiempos (al estilo del detective Hércules Poirot) descubriendo la estancia del bar donde la carta de cócteles exclusivos, whiskies y diversos licores transportan a otras épocas. Las habitaciones totalmente equipadas con todo lo necesario y pequeños toques de diseño, mejoran la experiencia, dando pie a la quietud y relajación; puedes bañarte en la pequeña pero coqueta piscina del ático y refrescarse en el “Dome Bar” situado en la terraza. En definitiva, se vive una auténtica experiencia de clasicismo elegante dentro de este complejo hotelero del Palacio Santa Clara.
El edificio es un proyecto arquitectónico academicista con claras influencias del estilo francés. En sus inicios fue construido a instancias de la familia Niederleytner para albergar su negocio en la planta baja y la vivienda particular; en su imponente fachada destaca –en el chaflán– el mirador acristalado dividido por columnas, la ornamentación de tipo floral y el remate del edificio en forma de cúpula acabada en pizarra negra.
Su oferta es amplia, como no podía ser de otro modo, de la mano de la firma del grupo; restaurante, piscina de temporada al aire libre, bar y salón compartido, servicio de conserjería, terraza, recepción 24 horas, servicio de habitaciones y consigna de equipaje. Las habitaciones están equipadas con zona de estar, TV vía satélite de pantalla plana, baño privado con ducha y secador de pelo, escritorio y hervidor de agua. El servicio se complementa con un desayuno continental a la altura de la oferta.
Andrés Evia, director del Hotel (general manager) nos recibe corriendo, intenta llegar a todos los sitios que la marca Marriott exige; nos explica el cómo y porque del hotel e incide en que la cadena centra su estrategia de posicionamiento y crecimiento en el mundo, escuchando la demanda del cliente. El viajero es más joven que antes; tiene más información y mayor oferta.
En estos momentos el matrimonio clasicismo, lujo y tecnología deben ir unidos de la mano; aspecto clave de la apuesta que viene haciendo Marriot. Para este grupo la tecnología significa la experiencia global para cada uno de sus clientes, desde el momento en que la persona busca sus alternativas en internet, puede comprar y hace su check in online, pasando por su estadía donde tiene una permanente integración e interacción con el hotel en forma digital, hasta su post estadía, donde continúa teniendo actividad digital con el complejo. Es un nuevo tipo de cliente, que se siente muy a gusto con su “menú/oferta” porque quieren transformaciones lúdicas en función de lo que necesitan.
Encontraremos aquí toda clase de viajeros:
- Los que continúan con el concepto de play & work simultáneamente, en el que no se diferencia la barrera de cuando deja de estar en actividad personal o profesional.
- El puro viajero de negocios, que busca además de bienestar la plataforma ideal para dar satisfacción por su aspecto tecnológico.
- El viajero es de “puro placer”, que viaja por vacaciones en el amplio sentido.
Todos ellos encontrarán en este hotel el momento plácido, cómodo y solvente con el que combinar cualquier actividad de las anteriores, en un entorno ligado a la época y el lugar.
Crítico gastronómico y abogado laboralista