Desde hace años, el paisaje gráfico evoluciona frenéticamente y las lenguas de fuego digital marcan tendencia a tiro de like. El diseño se ha democratizado de modo que la calidad se percibe trillada y la vulgaridad se ha elevado a la categoría de “alternativo”. Además, la tecnología y los nuevos medios marcan una transversalidad en la comunicación, y la cultura alejada del tacto papel se halla inmersa en un mar de bits, un paradigma digital que culmina en el metaverso: un palabro que explica que el mundo se ha vuelto loco y que la ficción sustituye a la realidad. Y, con este caldo de cultivo, la frustración, ansiedad y nerviosismo han calado en los ciudadanos, que no sabemos qué ver ni qué creer, presenciando cómo el medio se come el mensaje. Buscamos Bocados de realidad, como titulaba la película ochentera de Ben Stiller, para consumir nuestro desconcierto.
Y, claro, la reputación y credibilidad de los medios convencionales está en tiempos bajos. Pero cualquier problema representa una oportunidad y las agencias de comunicación debemos entender la realidad y fluir con la corriente, no solo dejarnos arrastrar por ella.
Por eso, siempre hay que aprender de voces que aportan claves como Pepe Gimeno: referente del diseño gráfico, galardonado con el Type Director’s Club de Nueva York, algo así como un Óscar tipográfico, y Premio Nacional de Diseño 2020, entre otros reconocimientos.
El Palau de Valeriola acoge 40 obras de sus obras en la exposición A través de la posverdad. En esta muestra “tapa la objetividad a través de la emoción y del sentimiento. Manipula el razonamiento que subyace en el concepto hasta que este crea una emoción capaz de esconder lo que decía el texto inicial”.
Su reflexión da claves de cómo la manipulación es real y conlleva un peligro, por lo que es imprescindible saber escuchar y realizar un diseño comprometido con el entorno.
Creo que la actualidad marca una coyuntura propicia para que devolvamos a la formación, la educación y la cultura el sitio que merecen.
El pensamiento crítico y creativo marca un polo de crecimiento tanto social como económico. La reflexión desde la infancia, el acceso sin dificultades a las expresiones artísticas y culturales genera una mente flexible y con base sólida que rechaza dogmas. Cultivar la creatividad como recurso del ingenio es un indicio de adaptación y expresión de una sensibilidad que nos diferencia de las bestias. La batalla de las ideas frente a las ideologías. Un paisaje de letras frente a las balas.
Director de Arte DOYOU