Claro que el titular suena raro, no me culpen. La culpa es de Disney +, la plataforma televisiva de la marca de Mickey Mouse. Si el señor Walt levantara la cabeza… igual ahora sí se criogenizaba. Porque la última producción audiovisual con su apellido, Pamela & Tommy, es una miniserie basada en la historia real del robo y difusión de un vídeo íntimo casero protagonizado por la entonces pareja Pamela Anderson y Tommy Lee. Al lado de esto los escándalos de Miley Cirus me parecen guiones para secuelas de Blancanieves. Pero tampoco quiero dar ideas.
Cantaba Sabina que las niñas ya no quieren ser princesas, pero a los creadores de Frozen esto se les ha ido de las manos. ¡Progenitores, abran los ojos a partir de ahora cuando los niños anuncien que van a ver una de Disney! Imagino que la competencia con Netflix y compañía obliga a abrir la oferta más allá de Cenicienta, pero siento que ya no te puedes fiar de nada y las noticias me envejecen. Resulta que aquel vídeo íntimo y viral se difundió en 1995 y claro que me acuerdo. Y lo que se robó fue ¡una cinta! Los más jóvenes se preguntarán qué era eso y a mí me entra la añoranza del videoclub y los VHS, el radiocassette extraíble del coche y del mundo antes del móvil. Que sería más incómodo, pero salías a la calle y eras ilocalizablemente libre.
También provoca añoranza Pamela Anderson, ¿por qué no? La actriz hizo que un bañador rojo no volviera a ser lo mismo. Hasta nuestros chicos y chicas de la Cruz Roja han tenido que adaptarse por culpa de Los vigilantes de la playa, aquella serie de verano que la rubia sex symbol convirtió en éxito memorable. Lo peor del caso es que la protagonista de la serie y del famoso vídeo sufrió más que nadie las consecuencias de su difusión: en lo más alto de su fama, aquella violación delictiva de su intimidad le pasó factura a su carrera. El machismo y ser quien más tenía que perder la condenaron a ser víctima doblemente. Para colmo, ahora le toca revivirlo en una serie televisiva que, por supuesto, no ha contado con su consentimiento.
Esta serie habla de la pérdida de la inocencia en aquel internet incipiente, que resultó servir también para viralizar sin control cualquier contenido. En esa viralidad del producto deben tener mucha fe los actuales gestores de Disney, a juzgar por la intensidad de la campaña publicitaria. El otrora imperio de los dibujos animados y el audiovisual familiar juega ahora a otras guerras y en otras galaxias. Y por inapropiado que me parezca, yo ya he picado.
Periodista. Director Interfaz Magazine