Escoge para la foto un marco inusual de El Corte Inglés desde la plaza de los Pinazo: una espectacular imagen pintada por Dridali decora la persiana bajada. Se ríe Pau Pérez Rico recordando la madrugada que tuvo que explicarle a la Policía Local que no se trataba de vandalismo, sino de la Liga Nacional del Graffiti. Su sonrisa es marca de la casa, puesta al servicio de una de las mayores marcas de España desde 2006. El director de comunicación, sostenibilidad y relaciones institucionales de El Corte Inglés en Comunidad Valenciana y Región de Murcia es periodista, graduado en Derecho, tiene formación en mediación y está estudiando ADE. Pero es, ante todo, un comunicador.
– ¿Cómo fue el aterrizaje desde el periodismo?
– Yo venía de Canal 9, del periodismo y los informativos. Necesitas un periodo de adaptación para conocer El Corte Inglés. Es una gran empresa y tiene muchas facetas. Tuve una formación y pasé por centros de Barcelona, Madrid y Mallorca. Estuve en el servicio de atención personalizada y también he estado apoyando en ventas, desde mi primera campaña de Navidad.
– ¿Qué retos asume uno cuando llega a un gigante como El Corte Inglés?
– Hemos trabajado mucho por mejorar la transparencia y dar a conocer nuestros proyectos, nuestra empresa. Hacemos muchísimas cosas y ahora mismo somos los que más eventos organizamos en toda España. El Corte Inglés tiene una programación cultural y comercial amplísima: exposiciones, presentaciones de libros, conferencias… Nuestro espacio Ámbito Cultural en Castellón, Valencia, Alicante, Elche y Murcia da un gran impulso a la difusión de muchísimos creadores. Creo que es una labor ahora muy apreciada y que antes pasaba más desapercibida. Se le ha dado entidad a nuestras salas un nivel de calidad muy elevado.
– ¿Ha ganado visibilidad la marca más allá de lo comercial?
– Desde luego que sí. El Corte Inglés ha cambiado mucho su manera de hacer también, por ejemplo en las acciones caritativas o colaborativas. Se actuaba de una manera casi intuitiva y la organización ha implementado políticas de ESG (Enviromental, Social and Governance) y RSC (Responsabilidad Social Corporativa) para encauzar mejor toda la acción social, colaborativa y medioambiental. Hemos conseguido ordenarla y sistematizarla. Lo que antes era un poco intuitivo, hoy está reglado y muy bien organizado en apoyo social, cultural, alimentario o deportivo. Se trata de devolverle a la sociedad el máximo que podamos y de la forma más eficaz.
– ¿Por ejemplo?
– Recientemente se ha celebrado el día internacional de la lucha contra el cáncer, por ejemplo, y hay que destacar que tenemos el compromiso de aportar un millón de euros a la investigación contra el cáncer. Otro ejemplo: la comida que se retira del supermercado va a los bancos de alimentos en primer lugar. Pero también, cuando hay frutas y verduras que ya no son aptas para consumo humano, las donamos al Bioparc o al Safari Park de Elche para contribuir a la dieta de los animales. Es digno de ver y es algo avalado por los veterinarios. Podría dar muchos ejemplos y citar a muchas asociaciones, pero no quiero olvidarme de nadie. En la celebración del cincuenta aniversario de El Corte Inglés en Valencia reunimos a 25 asociaciones con las que colaboramos y fue un acto de reconocimiento mutuo muy emotivo.
– ¿Qué balance hace de esa celebración de los cincuenta años de El Corte Inglés en Valencia?
– Era un reto conmemorar que El Corte Inglés de Pintor Sorolla abrió sus puertas el 23 de abril de 1971. Y, más aún, por los condicionantes de la pandemia. En vez de grandes eventos optamos por una programación muy amplia, de lluvia fina. Creo que hemos conseguido conectar con todos los sectores de la sociedad a través de eventos culturales, solidarios, deportivos, con medios de comunicación… tocando todos los ámbitos en que estamos presentes. Nuestro lema “Mirando al futuro” ha sido un argumento muy sólido. Hemos contado nuestra historia en Valencia y nuestra contribución a esta sociedad, pero mirando también hacia adelante.
– ¿Qué destacaría de esa contribución histórica?
– La implantación de El Corte Inglés supuso una revolución comercial en la ciudad y hemos contribuido a su desarrollo. En 1971 la calle Colón era una calle donde abundaba la venta de neumáticos, por extraño que pueda parecer. Entonces era casi una ronda interior que circunvalaba el centro, pero El Corte Inglés la transformó: su éxito hizo que el eje comercial de Valencia basculara y se trasladara desde la avenida del Oeste hasta Colón. El mapa comercial de la ciudad cambió.
– ¿Y de la mirada al futuro?
– No nos podemos quedar embelesados por nuestra historia, sino que miramos al futuro con determinación para mantener nuestras ventajas competitivas. Sin duda el gran reto es la adaptación a las tecnologías. Nuestro nivel de ventas online antes de la pandemia iba creciendo a un ritmo pausado. Pero eso cambió y en 2021 el 15% de nuestras ventas ha sido online. El salto se dio en 2020 con la pandemia, pero se ha mantenido, porque ha venido para quedarse. Las aplicaciones, el envío en el día, el envío en dos horas, el click&car, el catálogo extendido…. La app y la web conforman la vía de acceso principal a una gran plataforma de ventas y de atención al cliente. Es un cambio enorme que estamos asumiendo sin descuidar la atención al público, que es el gran valor distintivo de la marca El Corte Inglés y la clave de nuestro modelo de éxito.
– ¿Qué lecciones extrae de la pandemia?
– Tuvimos que superar ese momento extraordinario del confinamiento y trabajamos muy duro para adaptarnos. Nuestro primer objetivo fue ser un lugar seguro para las compras, tanto para el cliente como para el empleado: distancia, aforo con vigilancia permanente, mamparas, higienización de ropa, nuevos sistemas de ventilación con mucha mayor entrada de aire exterior… se hizo de manera muy rápida y eficaz. Y todos los empleados nos volcamos en esa venta online que tenía que atender muchísimos pedidos, reforzando el área de alimentación y enviando los productos esenciales a nuestros clientes. Visto con perspectiva, creo que tuvimos una visión muy acertada poniendo en primer lugar a las personas mayores: tenían lugar de preferencia en las colas y servicios, porque han sido los que más han sufrido. Y el público ha valorado el esfuerzo y la implicación de nuestro personal, nuestra reputación ha mejorado aún más.
– ¿Algún logro que le enorgullezca especialmente?
– En 2021 hemos obtenido el certificado de residuo cero para todos los centros comerciales y plataformas logísticas de la Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Es parte de nuestra agenda sostenible y comporta el compromiso de toda la plantilla en un proyecto a largo plazo. De los casi 60 tipos de residuos que generamos, recuperamos el 95% ya, evitando que 11.000 toneladas vayan anualmente a los vertederos. Por ejemplo, cuando llevamos un mueble o electrodoméstico nuevo y retiramos el viejo, pero también los palés o las perchas, las mermas textiles, los plásticos de diferente tipo. Tenemos acuerdos con decenas de operadores, entre ellos ONGs, para reciclar y reutilizar fomentando la economía circular. Y es un cometido en el que participa toda la plantilla, gracias a su compromiso se puede llevar a cabo.
– ¿Hay mucho trabajo de comunicación que no se ve?
– Desde luego. Mi trabajo consiste, entre otras cosas, en recibir propuestas para acciones de todo tipo en El Corte Inglés: viene mucha gente que tiene ideas y quiere hacer cosas y aquí se nota la creatividad valenciana. Me acaban de proponer unos aparcamientos para patinetes en los centros y ya lo estamos valorando. Somos la puerta de entrada, no solo para quien quiere comercializar productos, y tenemos que encauzarlo porque somos una organización que tiene casi 10.000 empleados en la Comunidad Valenciana y 100.000 en España.
– ¿Un reto por conseguir?
– Posicionar las herramientas digitales de El Corte Inglés en el top de la sociedad valenciana, generando el mismo nivel de satisfacción que conseguimos en la venta física. Que sea una verdadera experiencia de compra, eso es lo que queremos transmitir.
Periodista. Director Interfaz Magazine