Cristina Prados del restaurante BonAmb es la primera mujer en recibir el reconocimiento como Mejor Directora de Sala en los Premios Nacionales de Gastronomía

La Real Academia de Gastronomía ha reconocido en su nueva edición de los Premios Nacionales de Gastronomía el «talento innato en el dominio de la sala» a Cristina Prados del restaurante alicantino situado en Jávea, cuya cocina dirige Alberto Ferruz (jefe de cocina y socio) y en la propia sala le complementan Enrique Albelda (sumiller) y Pablo Catalán (socio director). El restaurante ya tiene dos estrellas Michelin y tres soles Repsol.

En la trayectoria de Prados destaca su paso por los restaurantes Vertical y La Sucursal. En este último pudo compartir su andadura profesional en la restauración con dos grandes maestros y Premios Nacionales de Gastronomía, tales como Javier de Andrés y Manuela Romeralo.

El BonAmb presenta una puesta en escena elegante pero cercana, explicando productos y procesos de elaboración al cliente y acabando numerosos emplatados en mesa. Aquí es donde Cristina hace brillar más su carisma, mano experta, sutileza y profesionalidad.

Cristina desprende detalles de amor, a través de la convicción, la fuerza, el vigor y esa mirada al frente que la caracteriza. Paso a paso, explica y sonoriza el protocolo de mesa. De esta forma, da juego a sus compañeros de sala, a los que trata con mimo didáctico y buena batuta. Conocera de que el detalle marca la diferencia, Prados demuestra una gran maestría emocional y a pesar de todo reconocimiento, a si misma todavía se considera camarera. De su mano, la directora de sala consigue ofrecerte la oportunidad real de descubrir propuestas culinarias únicas y ser atendido por un equipo cohesionado y comprometido con el bienestar de sus clientes.

Esta labor que hasta ahora no estaba reconocida en la Gala Michelin, ahora tendrá el hueco que se merece. En la próxima edición de los premios se otorgará un nuevo galardón al buen hacer de la atención y servicio en sala (dicen que no es tarde si la dicha es buena).

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Los Óscar de la gastronomía

Desde 1974, la Real Academia de Gastronomía concede anualmente los Premios Nacionales de Gastronomía. Estos galardones reconocen a profesionales e instituciones que trabajan en favor de la gastronomía española y protagonizan la sensacional evolución de la cultura gastronómica de España. El Premio consiste en una escultura diseñada por el artista y académico Alberto Corazón. Desde el pasado año las categorías premiadas son seis: Mejor Jefe de Cocina, Mejor Director de Sala, Mejor Sumiller, Mejor Comunicación Gastronómica, Investigación e Innovación Gastronómica, y Toda una Vida.

El jurado de la Real Academia ha querido destacar así la labor de Prados como directora de sala durante todo el año. Este comité está formado por expertos como Abel Valverde (presidente), Premio Nacional de Gastronomía, e integrado por Lourdes Plana Bellido, presidenta de la RAG, Alfonso Rodés, vicepresidente de la RAG, José Mª Sanz-Magallón, secretario general de la RAG, los Premios Nacionales Marta Campillo y Carmelo Pérez, y los Académicos Cuchita Lluch, Borja Beneyto y José Carlos Capel.

Las claves para una gran experiencia gastronómica

¿Qué factores son necesarios e imprescindibles para vivir una gran experiencia gastronómica?  Para responder a la pregunta, sencillamente debemos buscar un servicio de calidad que haga de la vivencia algo inolvidable y para ello hay que contar con grandes profesionales que sepan manejar tanto la técnica, el método y el protocolo, como la parte emocional y reactiva orgánica del comensal. Lo que la gente de campo ha dicho siempre: “se debe saber dar de comer al animal”. 

Y por qué Cristina reúne estos factores:

  • Porque el esfuerzo y la inteligencia emocional se entrena todos los días. Sabe respirar y callar a tiempo para comprender al cliente. El comensal no solo es distinto, puede ser diferente en cada visita al restaurante, según su estado anímico y compañía.
  • Porque recuerda a un “actor” (actriz en su caso) del mundo de la restauración, que hace del servicio de sala un desempeño constante para que tengas una grata experiencia.
  • Porque con su interlocución, hace que todo pase a un segundo plano, siendo el comensal el protagonista.
  • Porque se encarga de cuidar cada uno de los detalles. Recuerden (en mi humilde opinión) que no vamos a comer a un restaurante, sino a disfrutar y a ser felices. Para ello la experiencia total es vital. La puesta en escena cobra relevancia tangible.
  • Porque a mayor abundamiento, sabe muy bien de “caldos” (vinos y licores) en toda su extensión incluida el asesoramiento y la puesta en escena.

Finalmente, está en boca de todos los profesionales la concepción de una misma idea: el futuro de la gastronomía en España pasa por innovar y replantear la idea del menú degustación. El mimo del servicio en sala puede ser una buena forma de diferenciar las distintas propuestas, debido al alto nivel culinario existente. Y toma buena cuenta de ello la profesora de servicio y atención al cliente en el Basquet Culinary Center, Lorea Mendizábal, que encuentra la clave en el equilibrio: “Se trata de ver la sala al mismo nivel que la cocina de cualquier restaurante, algo que pasa por cuidar y motivar a cada miembro del equipo”.

Acabo con las palabras de mi jefa de sala preferida: “Represento a todas las mujeres que todos los días abren una sala para dar de servir y satisfacer al cliente”.

Pues créeme que a los hombres también los representas querida.

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