Se acaba el curso y debemos ir pensando ya en el curso próximo, la promoción 2022-23 y empezar a programar un nuevo año escolar. Sucede igual que con las Fallas, que una vez tenemos la ceniza en el asfalto, ya estamos pensando en la siguiente. Hoy hablamos con Carmen Marín para repensar en el próximo curso escolar y también, por qué no, en esas Fallas para el curso que viene. Carmen es maestra, voluntaria, atleta, scout y fallera. Ella forma parte de la comisión de su falla, pequeña, pero muy participativa, y generan “fallas educativas”, algo que desde los colegios podemos repensar y plantearnos para el curso que viene.

– ¿Qué recuerdas de las fallas del cole cuando eras niña?

– La verdad es que tengo recuerdos borrosos, hay cosas de las que me acuerdo y otras que no. La xocolatà és imposible de olvidar, donde se veía la hermandad de toda la escuela y de las familias que la formaban. También recuerdo con cariño el año en que yo fui fallera mayor infantil de mi falla, el colegio me pidió vestirme para hacer una especie de crida junto con otra compañera, sentí que realmente entendía la tradición fallera y que la escuela la quería apoyar y enseñar. Sin embargo, de los nueve años que estuve en el colegio, solo recuerdo una falla, y sinceramente no recuerdo qué elementos llevaba, simplemente que era muy grande. Hablando con mi padre, presidente de la falla y representante en su momento del AMPA del colegio en el que estaba, recordamos que las Fallas se celebraban de manera alterna con el carnaval, de manera que cada año se llevaba a cabo una fiesta diferente. Esta decisión por parte del claustro, según mi opinión, no favorecía que la tradición valenciana formara parte del currículum.

– Vaya, que una nina no recuerde sus fallas escolares es algo triste, ¿cómo crees que se puede trabajar educativamente la falla desde la escuela?

– Me acuerdo de momentos en los que yo realmente he sido partícipe, y considero que esta es la parte que falta en las fallas educativas, la participación y la implicación. Cuando el alumnado es consciente, opina, critica y forma parte del proceso de creación, es cuando realmente se forma el aprendizaje. Pero, ¿qué aprendizaje?, os preguntareis. Las fallas son matemáticas, plástica, música, lengua, historia, son incluso expresión corporal. Como docentes, hemos de aprender a ver las entidades culturales como caminos globalizadores en la educación. Cuando yo creo un monumento, pienso en el espacio que me va a ocupar, en el tiempo que voy a invertir, en los colores que voy a utilizar, en la forma que va a tener, la estructura, el peso, qué presupuesto tendrá, qué va a criticar, cómo lo voy a expresar, qué me hará pensar, reflexionar, etc. ¿Y qué es sino esto la educación?

– Ahora empezamos a diseñar el curso que viene, pensando ya en el 2022 – 2023, ¿ves viable vincular la falla a una propuesta anual? ¿Un taller o proyecto Interdisciplinar que se inicie en octubre y finalice en marzo?

– Por supuesto que sí, la falla puede estar enfocada de diferentes maneras. Un proyecto anual es una muy buena forma de llevarlo a cabo, pero la peculiaridad de esta metodología es que el tema lo elija el alumnado. Tal vez la mejor forma de empezar a hacer una falla educativa es mediante un taller semanal, donde también puedan participar las familias o invitados/as especiales. También se puede plantear como un Aprendizaje Basado en Problemas, puesto que los elementos principales de las fallas son la crítica y la sátira.

– ¿Otra alternativa sería tener una extraescolar en los colegios de falla?

– La verdad es que nunca me lo había planteado, ya que como dijo Daniela Gómez de Los Ángeles, fallera mayor infantil de Valencia 2019, “las fallsa son una extraescolar”. Las niñas y los niños van a la falla a jugar, a socializar y a aprender. Hacer una extraescolar en relación con crear el monumento de la falla podría ser también otra opción, pero es cierto que no se le da el mismo valor educativo que si entra en el Proyecto Educativo de Centro y forma parte de los objetivos generales de la etapa.

– Vamos al problema real, ¿por qué los coles no integran más esa falla y monumento con los contenidos y propuesta curricular?

– Sinceramente, creo que hay dos razones fundamentales: falta de conocimiento y herramientas por un lado y, por el otro, falta de motivación al cambio y a la innovación educativa. Los cambios dan miedo y no en todas las comisiones de Valencia hay fallas educativas como las estamos planteando, hay veces que nos cuesta despegarnos de la tradición e intentar buscar otras maneras de abarcarla. Quizá necesitamos más colaboración de la falla del Ayuntamiento. ¿Os imagináis la falla municipal llena de elementos hechos por el alumnado de los colegios de Valencia?

– En pocas palabras, ¿qué es una falla educativa?

– Para mí una falla educativa es una oportunidad de enseñar cualquier cosa: diversidad de género, control de emociones, respeto al prójimo, sostenibilidad, etc. En general, es la herramienta que nos lleva a alcanzar un desarrollo integral que no se base únicamente en estar sentados aprendiendo conceptos, es una manera de aprender de manera activa y crítica, de crecer como persona en relación a unos valores de respeto.

Creo que la diferencia principal esta en la participación y en la implicación.

– Esa participación es fundamental, y puede ser una oportunidad para fomentar el reciclaje y reutilización, ¿crees que el planteamiento en cuanto al reciclaje es el correcto? ¿Las fallas de los coles contaminan?

– No considero que las fallas de los colegios contaminen, puesto que en las escuelas se suelen hacer con cartón y elementos reciclados. La crítica de la contaminación va hacía la semana fallera en las comisiones de fallas, que no solo hacen monumentos con corcho y demás materiales contaminantes, sino que además predomina el uso de elementos de un solo uso, así como vasos, platos, cubiertos, manteles, etc. Si queremos que las fallas, como organización cultural, eduquen, deben hacerlo en todos los ámbitos posibles.

– Gracias por darnos tu opinión, como docente y como fallera, desde una perspectiva totalmente diferente. Esperemos que pueda servir de ayuda a todos los centros a plantearse la gestión de las fallas escolares desde otra perspectiva para el curso que viene.

– Gracias a vosotros por dejarnos mostrar lo que son las fallas educativas.

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