El abogado Ignacio Varona lidera el área legal de Varona Legal & Numbers, un despacho valenciano con 25 años de trayectoria y que ha evolucionado al ritmo que lo ha hecho la sociedad. Ese es el reto, como explica en esta entrevista, donde insiste en reclamar los valores como el elemento clave para un buen ejercicio profesional. Defensor de la tecnología para mejorar el servicio al cliente, Ignacio ha abogado siempre por la modernización de los despachos y la colaboración en equipo para conseguir los mejores resultados.

– Es uno de los impulsores del Valencia Legal Hackaton. La tercera edición ha consolidado un evento que reta a los despachos de abogados a buscar nuevas soluciones tecnológicas. ¿Qué frutos ha dado esta experiencia?

– Ahora nos podemos basar en la esta estadística, cumplida ya la tercera edición. De la primera salió una oportunidad de negocio y una aplicación que está en el mercado. De la salud de la segunda salieron ideas que están evolucionando y en esta tercera edición empezamos a ver perfiles profesionales donde se une el derecho y la tecnología, licenciados en derecho y estudiantes de ingeniería informática. Este hackaton es una experiencia probada de gran éxito, no sólo a nivel comunicativo y reputacional de los despachos como una herramienta divulgativa de lo que es la tecnología y el derecho, sino que además ha habido aplicaciones prácticas, realidades que se sembraron en este hackaton y que nos animan a seguir porque tiene un efecto práctico positivo.

– ¿Por qué es tan importante para Varona Legal & Numbers la innovación tecnológica?

– Los despachos ya están cambiando, de la misma manera que está cambiando la sociedad y tenemos que avanzar a la misma velocidad. No podemos definirnos como sector tradicional y quedarnos estancados. Para nosotros siempre el objetivo ha sido prestar un mejor servicio a los clientes. Después ha sido un factor clave de organización interna para trabajar mejor y ahora ya nosotros entendemos que es una obligación utilizar las mejores herramientas para ofrecer el mejor servicio. Y ya está en el ADN de todo el mundo en el entorno Varona: tenemos que aprovechar las opciones y las oportunidades que nos da el mercado para evolucionar y mejorar permanentemente el servicio al cliente.

– ¿Qué avances tecnológicos destacaría de los implantados desde la pandemia?

– Hubo un cambio fundamental en la pandemia y fue aprender a utilizar una herramienta que ya teníamos todos y es la comunicación digital, que se hizo imprescindible. La posibilidad de teletrabajar, la posibilidad de tener reuniones desde cualquier punto del mundo prácticamente en un clic y con una calidad de imagen y audio que no desvirtúa las las reuniones presenciales. Aprovecharlo fue el avance que llegó con la pandemia esa y se ha quedado y se ha quedado: permite trabajar mejor, vivir mejor y conciliar mejor. Creo que es lo único bueno que la maldita pandemia nos ha dejado.

– Este año Varona Legal & Numbers va a cumplir 25 años. Eso ya es un éxito en sí mismo. ¿Cuál es la clave de su modelo?

– Realmente yo discrepo en calificar de éxito lo de cumplir años, porque ahí manda fundamentalmente el transcurso del tiempo, que es lo que aporta experiencia. Sí es verdad que perdurar en el tiempo a una empresa le da un marchamo de calidad y hace posible que tenga un mejor futuro, porque ha conseguido unos cimientos y ha demostrado su solvencia. Eso sí puede considerarse un éxito pero realmente para mí, en el plano personal, no ha tenido ningún mérito. Lo que he hecho es mantener unos pocos valores claros y fundamentales como socio, como abogado y como miembro de un equipo. La verdad es que mi entorno me lo ha hecho todo muy fácil. Así que benditos veinticinco y que sean muchos más.

– Abogados que saben de números y economistas que saben de leyes… Eso es un hecho diferencial. ¿Qué otros destacaría?

– Siempre hemos intentado dar mayor y el mejor servicio posible de una manera coordinada. Es lo que a nosotros nos gustaría que nos dieran como clientes y es lo que buscamos ofrecemos como proveedores. Nuestras dos áreas, Legal y Numbers, están muy vinculadas y, aunque tienen una especialidad muy potente, han de trabajar coordinadas. Nosotros hemos intentado siempre mantenerlas coordinadas conforme ha ido creciendo nuestro despacho porque es la fórmula para aportar unas soluciones mejores y más potentes.

– Usted dirige junto a su hermano el despacho, liderando cada uno la parte legal y la de numbers. ¿Cómo se gestiona esta simbiosis entre lo personal y laboral?

– Ya he dicho que debe haber unos valores y yo creo que también un pacto de socios, escrito o no escrito, con muy pocos puntos pero muy claros. A partir de ahí tiene que haber una relación sobre todo de confianza, porque está claro que cualquiera que se dedique a esto tanto tiempo técnicamente es bueno y el trabajo lo hace bien, pero tenemos que confiar siempre en el otro tanto personal como profesionalmente. La confianza para mí es un punto determinante en la relación entre socios. Hay que dejar las cosas muy claras y aplicar la premisa de no hacer a los demás lo que no quieras para ti; partir de ahí todo puede fluir de una manera mucho más suave.

– ¿Su padre es el referente como fundador del despacho?

– Desde luego todos los valores son heredados de él, es un legado que nos ha dejado y nos ha inculcado. Cada persona tiene su carácter, pero las conductas se guían por valores y nuestros valores son todos de mi padre. Nosotros estamos aquí porque mi padre fue atrevido, fue profesional y lo que sembró con su trabajo tiene mucho mérito. El trampolín que ha hecho posible Varona Legal & Numbers es él. Para él el trabajo es muy importante, igual que para mi hermano y para mí. Eso requiere disciplina y dedicación. Y aunque seamos una familia y bien avenida, nosotros tratamos siempre los temas del despacho como una cuestión profesional. La profesionalidad sí que la llevamos en el ADN.

– ¿Cuáles son las principales diferencias en cuanto a la organización y los servicios de su despacho en todo este tiempo?

– Es una evolución de crecimiento, pero también de concepto. Tendríamos que analizar de dónde venimos, lo que hacíamos entonces y lo que lo que hacemos ahora. En el día a día no somos conscientes, pero cuando echas la mirada a los comienzos ves que en 1998 montamos un despacho de 165 m2, donde lo que más enseñábamos era la parte de archivo: eran 65 metros y estábamos súper orgullosos de un archivo en papel que estaba muy bien preparado y organizado. Varona Legal & Numbers ahora ocupa 830 metros cuadrados y cero espacio dedicado al papel. Esta es una gran evolución: trabajábamos con datos a mano, por ejemplo, para hacer la renta y ahora el papel apenas se toca. Los tiempos de respuesta al cliente antes eran mucho más largos y ahora son prácticamente inmediatos. Cuando empezamos no había correo electrónico y ahora puedo leer cerca de trescientos correos diarios… La nuestra es la misma evolución que lleva la sociedad, hemos de adaptarnos porque formamos parte de ella.

– ¿Cuáles son las principales diferencias en cuanto a la organización y los servicios de su despacho en todo este tiempo?

– Nosotros respondemos a la demanda de nuestros clientes. Si el Estado dice que hay que cumplir una obligación, nosotros tenemos que ponernos al servicio de las empresas para que se haga y que se haga bien. Viendo nuestro catálogo de servicios, pues vemos que en dos años se han incorporado el canal de denuncias y el plan de igualdad, por ejemplo, que antes no existían. Ahora estamos haciendo auditorías no financieras también, porque se producen nuevas demandas y nos adaptamos. Yo casi cada día he de afrontar tareas nuevas y esa es la gracia y también el desgaste de esta profesión

– ¿Cómo se consigue competir con los grandes despachos nacionales desde Valencia con un despacho local?

– Se habla mucho de competencia, pero creo que el mercado es muy grande y lo importante es tener claro es a quién te diriges, cuál es el servicio que ofreces y cuánto vale, como en cualquier otra actividad. Nosotros somos un despacho medio, con una buena implantación local y en algunos casos damos servicios a clientes que también trabajan con grandes despachos nacionales. Y en este caso hemos de ser coopetencia, no competencia: colaboradores. La clave es dirigirte al público al que puedes prestar un buen servicio, con honradez y transparencia.

– El área legal que usted dirige ha tenido relevancia en la defensa de particulares y pequeñas empresas en casos de competencia. ¿Cómo ha sido esa lucha jurídica de David contra Goliat?

– Lo que destacaría es que sigue siendo una lucha, que se prolonga tanto en el tiempo que parece eterna. Al final el derecho es complicado y más cuando se trata de un tema de justicia europea y con un contrario tan importante. Para nosotros ha sido un resultado técnicamente muy meritorio, estamos muy satisfechos de este proceso porque hemos estado a la altura de las circunstancias como despacho particular y como colectivo. La defensa que se ha hecho por parte de los abogados de nuestro despacho y de otros, que hemos sido pioneros en esta lucha contra un mundo cartelizado, ha sido muy buena y tiene que seguir siéndolo. Es una lucha que desgasta, tanto para el cliente como para los profesionales que nos dedicamos a esto, pero si queremos que nuestros derechos no se vean vulnerados no tenemos más remedio que seguir en esta dinámica.

– El caso del cártel de camiones se saldó con una sentencia favorable en el Tribunal Supremo. ¿Cómo ha sido la experiencia para el despacho?

– La sentencia favorable del Supremo fue y la defensa se inicia el año 2016. Durante esos siete años y para llegar ahí hay un montón de metas volantes, como en el ciclismo. Ha habido un montón de hitos que son técnicamente importantísimos y que son de lo que más orgulloso estoy. Por supuesto estoy satisfecho de haber conseguido la sentencia del Supremo, pero técnicamente, y como titular de un despacho, estoy orgulloso de las sentencias anteriores, que fueron marcando el camino y que nos llevaron a la meta; el camino ha sido lo más duro.

– ¿Cómo le gustaría que evolucionara el despacho? ¿Cómo imagina el futuro de Varona Legal & Numbers?

– Cuando uno llega a cierta edad empieza a dejar de hacer muchos planes a largo plazo. Tengo un muy buen amigo que dice que la vida es lo que te pasa mientras haces planes. Dicho esto, puedo prever en mis mejores sueños hacer lo mismo que estamos haciendo ahora, con un mantenimiento de valores y con una estructura más fuerte para que tenga una continuidad segura.

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