“Comunidad educativa somos todos” es un mantra educativo en las escuelas y en la legislación educativa, pero ¿es real? Es cierto que las familias también educan, que deben ser partícipes de esa educación, y también es cierto que muchas veces no son ni consultados, menos aún se les da capacidad de decisión. Se les informa y se recetan actividades para casa, pero en muchos casos la voz de las familias no se escucha, a veces por el silencio de las mismas y otras porque nadie les pregunta. Hoy hemos querido darles voz, hemos querido preguntar y escuchar porque el diálogo nace de la escucha, y la conversación sin escucha no es conversación sino monólogo.

Hemos acudido a un centro educativo de esos que no suelen salir en los medios, que incluso vecinos de Torrent desconocerán su existencia, un colegio excepcional pero que en ocasiones parece invisible, no por encontrarse en los límites de las afueras del pueblo, sino porque algunos (incluida la Administración en ocasiones) miran a otro lado cuando sus alumnos dicen “buenos días”. Por eso hoy le damos voz a esos alumnos y a esos padres, para que digan sin miedo lo que aman de la educación, y lo que opinan.

– Isabel, Miguel (son alumnos), ¿qué es lo que más os gusta del colegio Torre-Pinos, de Torrent?

Las excursiones con mis amigos y el trabajo del día a día”, responde Isabel con los ojos abiertos y sonrisa brillante. “Me gusta que tengo amigos y que la gente me entiende, además aquí estoy madurando”, afirma Miguel con convencimiento.

– Y si hablamos de los profes, ¿qué es lo que más os gusta?

Me entienden y me escuchan, además son divertidos”, nos responde Isabel. “Y cariñosos y comprensivos” reafirma su compañero Miguel.

Pregunta: Para acabar, ¿cuál es vuestra actividad favorita del cole y por qué?

Miguel responde rápido: “el deporte, sobre todo el atletismo, y también l´hort de Trènor, porque me está enseñando sobre el mundo laboral”. Isabel, tras una breve reflexión afirma “me encanta el taller de cocina, es muy divertido”. Ellos aprenden habilidades para la vida adulta, para saber valerse por sí mismos fuera del centro.

El colegio Torre-Pinos es un centro de Educación Especial que se caracteriza no tanto por sus alumnos diversos sino por su forma de entender la educación, pero eso es algo que sólo podemos comprobar cuando hablamos con las familias, y para ello hablamos con Cristina Escorihuela y Rosa Asunción.

“Mi hijo Aarón fue toda primaria a varios colegios públicos y en ellos encontró buenos y preocupados profesores y otros profesionales que intentaron que el alumno aprendiera todo lo que estuviera dentro de sus posibilidades. Pero Aaron se sentía solo, rechazado por sus compañeros y marginado socialmente lo que lo hacía retraerse y llegamos incluso a la violencia contra el cole porque allí no era feliz. Después de dos cursos muy difíciles a nivel de convivencia escolar y también familiar, ya que él ya se daba cuenta de que era diferente y de que los demás lo veían diferente y tras agotar los recursos de la educación reglada, conseguimos que le cambiaran su trayectoria curricular y pudimos matricularlo en CEE Torre-Pinos. Aquí se encontró, por una parte, profesores preocupados por sus alumnos y que lo aceptaran tal cual es, pero sobre todo compañeros que lo aceptaban, lo apreciaban como persona y un entorno social donde tener compañeros pero también amigos, novia…” nos dice Cristina con los ojos vidriosos.

Son testimonios que nacen del corazón y que nos sobrecogen antes de que ella diga “por fin fue a su primer cumpleaños fuera de la familia, empezó a salir los fines de semana con un grupo de amigos o a participar en fiestas sin escuchar comentarios despectivos ni miradas de desprecio o de conmiseración. Todo esto lo hace levantarse por las mañanas y querer que haya colegio y creer en sí mismo o en sus posibilidades. Por esto los colegios de Educación Especial son importantes”.

Rosa Asunción nos confirma en la conversación algo que ya sospechábamos: “para nosotros Torre Pinos es especial porque más que un colegio somos una familia. La confianza que genera todo el personal, los profesores, los educadores, el personal auxiliar, todos dan todo de ellos desde el primer momento” y que Cristina confirma “creo que el mejor mensaje de agradecimiento a Profesores, cocineras, psicóloga, PT o trabajadores del Colegio Torre Pinos es mirar las caras de alegría, las miradas de felicidad y la participación y colaboración de sus alumnos”. No existen ya preguntas, es un diálogo educativo.

Una de las actividades más significativas de este centro es el Día de la Familia, una acción que se desarrolla desde hace décadas y que forma parte del alma del colegio. “Hacer jornadas como el día de la familia hace que nos relacionemos unos con otros, que conozcamos a los amigos del colegio de tu hijo, que pongamos cara a los niños de los que siempre te habla tu hijo, que conozcas a las nuevas familias, que ellas te conozcan a ti, que crees vínculos, sobre todo, poder hablar con alguien que sabes que realmente te comprende y sabe de lo que hablas. También supone ver a tu hijo en un ambiente relajado, pues estar en un entorno que él conoce le ayuda a estar tranquilo y feliz pasando una jornada lúdica y distinta con sus amigos a la vez que hace partícipe a los familiares y amigos de un día muy especial en su colegio” no dice Rosa sobre esta propuesta y acto seguido le viene un recuerdo a la memoria y que decide compartir con nosotros. “En mi mente siempre estará presente el primer día que mi hijo bajó del autobús del cole con esa sonrisa y esa cara de felicidad después de su primera jornada en el colegio” y las emociones inundan el espacio.

No podíamos dejar el momento sin completar el trinomio de la comunidad educativa, la voz de los docentes, y en esta ocasión hablamos con Eva García, una maestra que se hizo seño gracias a su padre, que implantó la primera escuela inclusiva en su pueblo. “El día a día en Torre-Pinos es diferente, hay que entender los problemas como retos y las dificultades como avances en el aprendizaje. El trabajo en equipo es imprescindible, cada profesional es diferente, pero todos tenemos sumar, aportar, recibir, reflexionar, para seguir aprendiendo y creciendo. El estrecho contacto con los padres e intercambio de información, las tutorías, son en muchísimos casos una terapia tanto para padres como educadores, sea cual sea la etapa evolutiva en la que estén nuestros alumnos/ as. Son la clave para empezar a favorecer experiencias como a cualquier otra persona: aprendiendo a convivir, aprendiendo a conocer, aprendiendo a reflexionar, pero sobre todo hay que auto evaluarse día a día, porque no siempre hacemos las cosas bien, somos humanos” nos dice ella mientras sabemos que habla desde la certeza y la verdad, ya que antes las propias familias lo han testimoniado.

El mundo de la Educación Especial todavía es el gran desconocido y poco reconocido” dice Eva, a lo que afirmamos que desde algunos medios luchamos por visibilizarles. “Es un trabajo que te hace sentir muy feliz, aprendes a ser más humana y les quieres tanto que conjugas el papel de madre y profesional (no es fácil encontrar el equilibrio)” sentencia y no le falta razón.

Cristina Escorihuela (madre) añade “sin embargo, me gustaría aprovechar la ocasión para recordar a las autoridades y a la sociedad que el período escolar se termina y estos niños se harán mayores y necesitan formar parte de la sociedad a todos los niveles y también el laboral. Nuestros niños necesitan encontrar trabajo que les permita ser útiles a la sociedad, sentirse útiles y tener un sueldo que les permita vivir, aunque supervisados, pero siendo ellos mismos y libres y disfrutando de todos sus derechos civiles, como cualquier ciudadano”.

Desde el centro procuramos proporcionar al alumnado de TVA (Transición a la Vida Adulta) experiencias integradoras a nivel prelaboral y de orientación” nos explica Eva.

Hoy, para cerrar el curso escolar 2021 – 2022 hemos querido finalizar con este artículo, porque necesitan voz, porque su voz también se debe acompañar de voto, y porque como decía Howard Gardner “la enseñanza que deja huella no es de cabeza a cabeza sino de corazón a corazón”, y debemos tocar el corazón de todos: familias, alumnos y docentes.

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