El profesor Francisco Cid, maestro del C.E.I.P. Quintanilla, San Fernando (Cádiz), inició hace varios meses una iniciativa por la que busca que los niños y niñas de España reciban el Premio Princesa de Asturias a la Concordia en 2022. Para él debemos reconocer la labor y el papel que desde el inicio de la pandemia en 2020 han desarrollado los más pequeños de la sociedad.

Como cada mañana, se levantan cansados.  Él se abraza a su peluche, aquel que le da seguridad para afrontar el largo día. Ella es más remolona, se acurruca entre las sábanas intentando engañar al tiempo. Tras un bocadillo y un vaso de leche se disponen a vestirse para ir a la escuela.  Su madre les abriga bien y antes de ponerles la mascarilla le da un fuerte beso, el primero de la mañana antes de ocultar sus rostros. Unos rostros que dejan entrever unos ojos azules y marrones que miran con esperanza, la esperanza de un mañana que no termina de llegar”.

Así empieza el día para tantos y tantos niños de España. Ellos, los más pequeños, siguen con una vida que no es nada normal para la sociedad, y lo que es aún peor, pueden llegar a creer que lo normal es eso, vivir sin vernos las sonrisas, vivir con miedo a un virus.

“Llegan pronto a la escuela y acceden al aula matinal con el primero de los muchos lavados de manos. Se acurrucan con el abrigo por el frío gélido que entra por las ventanas, hoy no se está mal, apenas seis grados con viento de poniente. Suena el timbre y parten a sus aulas, vuelta a lavarse las manos y a contener esas ganas enormes de abrazar a sus amigos, a sus maestros. Corren tiempos duros para el cariño.  

Tras varias horas atendiendo en clase, es hora de tomar el desayuno.  Se apartan para poder darle un bocado, con miedo a que cada aliento deje entrar el maldito virus de nombre impronunciable. Una vez en el patio, toque de queda. Toca juego macabro de no poder pasar la línea, de  seguir con esas mascarillas que poco a poco les van dañando  el rostro, que poco a poco, les van ocultando la sonrisa.

Termina la jornada, ellos tienen suerte. Algunos de sus compañeros aún deben seguir unas horas más en el comedor, separados cuando la distancia lo permite, sin poder hablar demasiado, sin poder ser el niño que en su día fueron.

Suena el despertador, un nuevo día, una misma rutina…un mañana que no termina de llegar”.

Este breve fragmento es lo que viven nuestros pequeños cada día debido a la pandemia. Una rutina que martillea a propios y extraños y que el profesor Fran Cid pretende mostrar al mundo para que se les reconozca la actitud encomiable que los pequeños están teniendo durante esta terrible pandemia.  Un ejemplo de vida, de solidaridad, de buen hacer. Un ejemplo de cómo se ha de cumplir las normas, sin protestar, sin muchos de ellos saber el porqué, solo con la convicción de que deben hacerlo, porque es su manera de entender el significado de la palabra concordia, su manera de asimilar que todo esto acabará algún día.

Por eso, el profesor Fran Cid ha iniciado una campaña para los niños y niñas sean reconocidos con el premio Princesa de Asturias de la Concordia. Para ello no ha dudado en rodearse de un equipo de excelentes personas, de grandes profesionales, de asociaciones, instituciones y un largo etcétera para que estos delirios del aspirante a enseñante se conviertan en realidad.

Cientos de rostros conocidos, cantantes, artistas, escritores, deportistas… se han unido a la campaña como se puede observar en la página web oficial y en redes sociales como Facebook donde la página Premio Princesa de Asturias para los niños y niñas acumula miles de visitas diarias.

Nosotros os pedimos vuestra ayuda para que este sueño se haga realidad, para ello Cid pide mandar un mensaje al correo apoyos@fpa.es pidiendo junto al nombre y DNI del remitente, el apoyo para que los  niños y niñas  sean reconocidos en 2022 con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia por su actitud ejemplar durante la pandemia.

“Soñar es la capacidad innata del ser humano de llegar donde desea, soñar para un niño, es mantener su realidad”.

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