Lleva menos de un año en la dirección general de la empresa mixta más antigua del mundo, pero se mueve con comodidad en la centenaria casa del Marqués de Benalúa, la sede de Aguas de Alicante situada en uno de los barrios con más identidad de la ciudad. Javier Díez, ingeniero industrial nacido en Burgos en 1968, ha desarrollado toda su carrera en empresas del sector y conoce a la perfección el abastecimiento que opera Aguas de Alicante desde el siglo XIX. La compañía de aguas, como la siguen llamando muchos clientes y vecinos, fluye atemporal y transparente como su materia prima, atravesando siglos y zeitgeists sin perder su carácter primordial. Díez transmite el entusiasmo de un portador de antorcha, un legado de modernidad que nació con la industrialización y ahora mira hacia la circularidad desde la transición digital. Es un directivo que trabaja con luces largas sin perder de vista a quienes van sentados detrás de la máquina del tiempo que conduce: sus clientes, el 100% de la población de Alicante.

– Nombramiento, pandemia y, en el horizonte, la era postcovid. ¿Cuáles son los ejes directivos de Aguas de Alicante para el presente?

– Eficiencia, descarbonización, acción social y el cliente en el centro de todo. Estamos trabajando de manera dura todo esto en nuevo plan estratégico que trataremos en el consejo de administración de marzo. Todos los equipos aportan y esto se traducirá también en nuevo plan de comunicación. Aguas es una empresa centenaria, la empresa mixta más antigua del mundo, y en esto debemos conducir también con luces largas. Tenemos muy claro que en sostenibilidad lo que tenemos que hacer es aumentar la eficiencia de la infraestructura y cuidar el recurso agua. Analizar nuestra huella de carbono, compensarla y reducirla. Vemos el cambio climático todos los días con el cambio de intensidad de lluvias y la contaminación y para nosotros es fundamental cuidar el planeta. Gandhi dijo “sé el cambio que quieras ver en el mundo”. Nosotros trabajamos para ser ese pequeño cambio.

– ¿En qué se traduce mantener el foco en el cliente?

– Apostamos por digitalizar todos los procesos. Llevamos muchos años haciéndolo, es algo con principio pero que no tiene fin. Siempre viene la versión 2.0 después de la 1.0. Es algo que abarca desde las operaciones hasta la atención al cliente. Necesitamos que cuando el cliente solicite un servicio tenga toda la información que requiere y no tenga que estar persiguiéndonos. Aguas de Alicante tiene oficina en todos los municipios, intentamos no perder esa cercanía y dar visibilidad a clientes vulnerables digitalmente.

– La banca y otras utilities están cerrando oficinas.

– Probablemente tengas que llamar por teléfono a tu compañía eléctrica porque no sepas ni dónde está. Nosotros queremos estar al lado del ciudadano hasta para explicar el recibo, que es algo que piden muchos. Tenemos un apellido, De Alicante, y eso nos da responsabilidad añadida. No nos vamos a ir de las ciudades donde estamos. Queremos trabajar lo local y siempre estar al lado del cliente, no vamos a dejar tirados a quienes sean vulnerables. Que compañía y ciudadano estén unidos y que la información sea bidireccional.

– ¿En qué sentido?

– Por ejemplo, llevamos instalando contadores de telelectura desde 2012. La pandemia nos ha impedido acceder a las casas, porque el 40% de los contadores de Alicante son interiores. Y aun así ya está instalado en más del 80% de las viviendas de Alicante y el 85% en Sant Joan. La telelectura nos permite que el ciudadano se comunique con la compañía y conozca los datos de su consumo. Entras en la web, ves tu consumo, y puedes configurar alarmas para que te avisen cuando pases un umbral, 100 metros cúbicos, por ejemplo. La lectura es en tiempo real, la tienes desde ayer. Puedes detectar fugas si ves un consumo constante las 24 horas, aunque sea pequeño. Puedes comparar tu consumo con la media de tu entorno. Y estamos implantando un sistema de inteligencia artificial que analiza tus lecturas para detectar averías que puedan traducirse en deudas complicadas de atajar. Además, con la telelectura puedes pedir la facturación mensual para acompasar tus ingresos con los costes que generas.

– Ha dicho que le duele que la gente desconozca que Aguas de Alicante dispone de un bono social.

– Sí, porque somos una empresa mucho más caliente en el sentido de proximidad que otras utilities. Otras te cortan el servicio y se quedan tan panchas; nosotros sabemos que el agua es un bien esencial y queremos que todo el mundo tenga acceso. En 2021 hemos invertido 850.000 euros en que no se le corte el agua nunca a nadie en Alicante. De medio millón hemos aumentado el bono social a 525.000 euros, con lo que se ha ayudado a más de 5.000 familias y bonificado más de 8.000 recibos. Además, se utilizaron 350.000 euros de remanentes de años anteriores, por lo que, con la ayuda del departamento de servicios sociales del Ayuntamiento de Alicante, Cáritas y Cruz Roja, hemos invertido esos 850.000 euros en 2021 en que todo el mundo tenga agua. Además, si hay personas que pasan una dificultad económica puntual, nosotros les escuchamos y les hacemos unos compromisos de pago, sin interés. La cobertura media de los últimos tres años supera el millón de euros y el cumplimiento del compromiso por el cliente es del 90%. Queremos hacer ciudad, y una manera de hacerlo es ayudar al ciudadano. Que conozca lo que hace la compañía no sólo por el agua, sino porque estamos ahí y estamos ayudando.

– Aguas de Alicante ha cobrado especial protagonismo social en la pandemia por el análisis de COVID en aguas residuales. ¿Qué más puede hacer City Sentinel por la ciudad?

– Le he hemos hecho una PCR a las aguas residuales. Hacemos análisis de virus desde hace mucho tiempo, pero nunca ha sido tan importante como ahora en la pandemia. Estas pruebas nos ayudan a ver hacia dónde vamos en la pandemia, las tendencias en la población, porque antes de desarrollar la enfermedad uno transmite contenido genómico en orina y heces. Alicante está dividida en seis zonas y determinamos la presencia de COVID en cada punto, lo que permite al Ayuntamiento, que es quien tiene la herramienta, tomar decisiones junto con los servicios sanitarios. Podemos saber cómo está funcionando una ciudad con este tipo de herramientas, que llevamos utilizando desde mucho antes de que la UE señalara que es bueno seguir haciendo estas analíticas, por lo que vamos por el buen camino.

– Otro de los ejes corporativos de Aguas de Alicante es la sostenibilidad. ¿Qué margen de reducción de impacto ambiental tienen sus operaciones?

– Toda nuestra energía para captación, bombeo y alcantarillado es energía certificada de fuentes renovables, no genera huella de carbono. El resto de los procesos están inscritos en el programa de mitigación del Ministerio de Transición Ecológica de cálculo y compensación de huella. El 25% de nuestras emisiones vienen de vehículos y el 75% de la depuración. El plan es reducir un 38% la huella de la flota con los vehículos eléctricos que hoy hay en el mercado y electrificarla por completo en cinco. En depuración es muy difícil reducir y trabajamos por mejorar el efluente, que, si bien cumple toda la normativa autonómica, nacional y europea, puede mejorarse aún más para que tenga un segundo uso. Nuestro objetivo es que esa agua que sale de la depuradora tenga un segundo uso, porque cuanto mejor venga de origen y más eficientes sean nuestros procesos, más se puede aprovechar la gota para el riego, que es uno de los grandes problemas actuales. Tenemos que ser generosos con el sector primario. Retenemos unos recursos y eso es Aguas de Alicante Circular. Nuestras dos depuradoras generan 30 hectómetros cúbicos al año de los que ya reutilizamos 10 para riego y baldeo de calles. Quedan otros 20 que queremos que puedan reutilizar los regantes.

– ¿Es posible que todo el ciclo del agua de abastecimiento sea circular?

– Estamos convencidos de que se puede hacer. Otra cosa es que haya que utilizar recursos económicos, pero tenemos una gran oportunidad con los fondos Next Generation. Entendemos que hoy, cuando se habla de trasvases, de agotamiento de agua subterránea y limitación de caudales por la Confederación Hidrográfica del Segura, esos 20 hectómetros cúbicos se pueden convertir en realidad. Sería más económica, porque estaría apoyada por fotovoltaica para aliviar los costes de bombeo y rebombeo. Con mejoras en la red de alcantarillado se puede conseguir que tenga más calidad en origen. Estamos entusiasmados intentando que sea una realidad. Tenemos que ser capaces de no tirar ni una gota al mar para que el recurso sea aprovechado por ese sector primario que tanta sed tiene.

– ¿Qué otros proyectos de sostenibilidad desarrolla Aguas de Alicante?

– Participamos como proveedores en la apuesta de Iberdrola por la generación de hidrógeno en la planta depuradora de Rincón de León. Si segregamos el hidrógeno del agua tenemos como residuo el oxígeno para introducirlo en balsas de oxigenación para que trabajen las bacterias. El hidrógeno se almacena en depósitos de repostaje de vehículos que usen este combustible. Además, como ejercicio de transparencia publicamos un extenso informe de sostenibilidad. Y en nuestras encuestas el servicio de aguas sigue saliendo como el mejor valorado entre todas las utilities, lo que es un doble lujo cuando no eres una compañía que la gente elija. Nos ven como la compañía de aguas, como antiguamente, y eso es sinónimo de cercanía.

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