Abogado y socio fundador del despacho Carrau Corporación, Rafael Rel es especialista en el asesoramiento a empresas como experto en Derecho Mercantil y Concursal. En esta entrevista abordamos algunas de las principales problemáticas que afectan a las empresas, con las que tiene un trato directo y que están afrontando ahora mismo una coyuntura muy cambiante y compleja que necesita soluciones a medida.
– ¿Qué ha supuesto el final de la moratoria concursal?
– Se ha hablado mucho de que a partir del 30 de junio, tras el fin de la denominada moratoria concursal, iba a haber una avalancha de concursos. Recordemos que, desde esa fecha, las empresas y autónomos en situación de insolvencia deben solicitar el concurso de acreedores en el plazo de dos meses o realizar la comunicación de inicio de negociaciones con acreedores, con lo que se abre un nuevo periodo de tres meses para tratar con ellos una propuesta de reestructuración pre-concursal que facilite la viabilidad de la actividad de la empresa, y de un mes más para presentar el concurso en caso de que no se consiguiera llevar a buen fin. Sin embargo, esta percepción de urgencia no parece percibirse de manera generalizada, por lo que habrá que esperar para poder constatar si esa previsión de avalancha se cumple o no.
– El actual marco normativo ofrece soluciones para superar el entorno actual y evitar el concurso?
– Coincidiendo con el fin de la moratoria concursal, el actual Texto Refundido de la Ley Concursal va a ser objeto de una importante reforma que previsiblemente entrará en vigor a lo largo del mes de septiembre. La reforma afectará a más de un tercio de la ley y, entre otras medidas, establece mecanismos más ágiles que garanticen a las empresas viables que atraviesan dificultades financieras el acceso a un procedimiento efectivo de reestructuración preventiva que les permita continuar con su actividad. Esta medida se configura como un instrumento pre-concursal que favorece la reestructuración en el momento en que se detecten indicios de probabilidad o riesgo de insolvencia, persiguiéndose con ello, mayores probabilidades de éxito. Además, la citada reforma crea un nuevo procedimiento de insolvencia para autónomos y microempresas simplificado, más rápido, digitalizado y con un coste más reducido, que persigue facilitar la continuidad de las empresas viables y la reasignación de sus recursos.
– Como experto en Derecho de Sociedades tiene un trato muy directo con las empresas y los empresarios. ¿Cuál es su principal preocupación en el cambiante escenario actual?
– Se habla mucho últimamente de la subida constante de la prima de riesgo; sin embargo, desde mi punto de vista, entiendo que existen otros factores que en caso de mantenerse en el tiempo, incrementarán la posibilidad de que empresas y autónomos entren en situación de insolvencia y en consecuencia se vean abocadas a solicitar el concurso, y que podríamos definir, en un ejercicio de aplicación analógica del concepto, como “prima de riesgo empresa”, es decir el sobreprecio que van a tener que afrontar las empresas y autónomos para financiarse en el entorno de mercado actual. Factores como el aumento del coste de la energía y de las materias primas, la subida de tipos de interés que encarece la financiación necesaria para la actividad empresarial, el aumento de la inflación que pueda traer como consecuencia una reducción de las tasas de consumo, y la imposibilidad en la mayoría de los casos de repercutir en su totalidad el incremento de estos costes en el precio final del producto que las empresas ofrecen a sus clientes bien sean parte de la cadena de producción, bien sean el consumidor final. A esto se unen otras cuestiones, como la incertidumbre existente alrededor de la efectiva reestructuración de las líneas de financiación ICO COVID y el fin de la posibilidad de prorrogar los ERTES por fuerza mayor, consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el COVID19. Esto genera un gran interrogante en las empresas respecto de su futuro a corto plazo y podría ser la causa de que ya en septiembre, y sobre todo a partir de octubre, se inicie un repunte de solicitudes de concurso.
– Carrau Corporación, despacho del que es socio desde su fundación, cumple ya 20 años. ¿Qué balance hace?
– Efectivamente, Carrau Corporación nació hace ya más de veinte años por la integración de cuatro despachos profesionales, para prestar en el ámbito del derecho y la economía un servicio exclusivo y especializado en el que primamos la atención personalizada, bajo estándares de calidad y eficacia. Desde nuestros comienzos estamos presentes en múltiples sectores empresariales y de las administraciones públicas, así como en instituciones privadas y públicas. Nuestra oferta de servicios abarca la práctica totalidad de las áreas del derecho, el asesoramiento tributario y laboral y la economía. Desde nuestros comienzos, hemos cohesionado un equipo de grandes profesionales que son nuestro activo más importante. Estamos en continuo proceso de búsqueda de talento que formamos tanto en el aspecto profesional como en los valores de la firma, lo que entendemos necesario para ayudar de manera efectiva a nuestros clientes a dar solución a las cuestiones que les surgen en el ámbito de los servicios que prestamos.
– ¿Una de las claves de Carrau Corporación es contar con un abanico amplio de expertos en muchas áreas diferentes?
– Los profesionales de Carrau Corporación son especialistas en cada una de las áreas de servicios que prestamos, especialización que adquieren por la formación continua y específica en cada materia, y la práctica profesional del día a día, supervisada por los socios profesionales responsables de cada área de práctica, lo que personaliza el trato con el cliente con el objetivo de dar el mejor tratamiento y solución a sus necesidades.
– ¿Cuáles son sus retos en la actualidad y para el futuro?
– En Carrau Corporación nos encontramos en un proceso de crecimiento: estamos integrando en nuestra organización profesionales de reconocida solvencia y experiencia. El objetivo es ampliar la prestación de nuevos servicios especializados y mejorar los que ya prestamos en la actualidad, reforzando el equipo de cada una de las áreas de práctica de nuestro despacho. Al mismo tiempo implementamos una evolución contínua para modernizar nuestros sistemas de trabajo; apostamos por la formación y la transformación digital para mejorar los procesos y la comunicación tanto interna como con nuestros clientes. Consolidamos así una estructura profesional cohesionada, moderna y sostenible para afrontar los retos que demanda el mercado y la sociedad actual.
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